FORO: NEOLIBERALISMO, DESIGUALDAD, DEMOCRACIAS IZQUIERDISTAS

 

NEOLIBERALISMO Y DESIGUALDAD:

A finales de la década de los años cincuenta del siglo XX, América Latina empezó a debatirse entre tres modelos económicos: el comunista, defendido por Cuba; la Alianza para el Progreso, fomentada por los Estados Unidos; y el desarrollismo, promovido por varios economistas latinoamericanos. Al final, esta última tendencia sería la que predominaría en la mayoría de los países de la región.

En la década del cincuenta, el proceso de industrialización que se intentaba adelantar para América Latina estaba entrando en crisis. Esta situación se reflejó en graves crisis políticas y en la gran cantidad de dictaduras que azotaron a América Latina durante las décadas del cincuenta y del sesenta. Es decir, la crisis económica tuvo consecuencias políticas.

En América Latina, las décadas de los sesenta y setenta se caracterizaron por la entrada de una gran cantidad de préstamos, con lo cual se incrementó la deuda externa. Los ingresos de las exportaciones eran para pagar la deuda externa, luego se reducen las importaciones de  productos necesarios y siguen los países endeudándose para pagar las deudas anteriores. Como resultado, aumentó la inflación y el desequilibrio financiero. Entonces la banca internacional decide frenar los préstamos a países latinoamericanos hasta tanto no se solucionara la crisis, lo que agravó aún más la situación de los países endeudados. El FMI-Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial-BM, y el Banco Interamericano de Desarrollo-BID, intervienen en la economía de estos países, haciendo ajustes económicos.

Una de las consecuencias de la crisis de la deuda externa en los países latinoamericanos fue el remplazo del modelo económico del estado interventor y de bienestar por el NEOLIBERALISMO. Este modelo económico establece que el Estado debe permitir el libre desarrollo de las leyes de oferta y la demanda para que haya crecimiento económico, es decir, la aplicación del libre mercado sin restricciones. Uno de los principales defensores de la teoría neoliberal fue Milton Friedman, economista estadounidense quien influyó en el comienzo de la aplicación del Neoliberalismo en la economía chilena a finales de los años setenta, que convirtió a este país en el pionero de la aplicación del modelo neoliberal en América Latina.

Cada uno de los procesos de democratización en América Latina continuó durante la década de los noventa enfrentando muchos problemas. La ineficiencia de los gobiernos democráticos y dictatoriales para resolver los problemas de la población generó la necesidad de líderes políticos autoritarios. En América Latina emergieron algunos líderes como Carlos Menen en Argentina (1989-1999), Fernando Collor de Melo en Brasil (19901992) aunque tuvo que renunciar por un escándalo de corrupción,  Abdalá Bucaram en Ecuador (1996-1997),  Alberto Fujimori en el Perú (1990-2000), quienes asumieron la estrategia política populista, pero aplicaron políticas económicas neoliberales. En  Brasil, en 1995, llegó a la presidencia Fernando Henrique Cardozo, quien, con la aplicación de un programa neoliberal, logró mejorar la economía brasilera. Este éxito le permitió obtener su reelección en 1999.

En 1991, en Haití subió al poder Jean Bertrand Aristide, quien por sus políticas de corte reformista recibió un golpe de Estado perpetrado por Raúl Cédras, en el mismo año. Este hecho trajo fuertes consecuencias al país, por un lado, Aristide tuvo que refugiarse en los Estados Unidos mientras en su país gobernaba una Junta militar y, por otro, a partir de ese momento recayeron sobre Haití una serie de sanciones políticas y económicas por parte de la OEA y la ONU. Las presiones externas agudizaron la violencia política, lo que permitió a Estados Unidos llevar a cabo un desembarco en septiembre de 1994 para restablecer a Aristide en el poder.

En 1990, Alberto Fujimori, apoyado por sectores marginales de la sociedad, asumió la presidencia de Perú. Sus políticas se orientaron principalmente a la recuperación económica del país, mediante la implantación de medidas neoliberales y la eliminación de las organizaciones insurgentes. Después de dos años, cuando el Congreso no quiso aprobarle la ampliación de poderes, se apoyó en las fuerzas militares para disolver el Congreso, promulgar una nueva constitución, ampliar su poder y ser reelegido, en 1995. Luego por escándalos de corrupción y violación de Derechos Humanos, renunció a su cargo desde Japón a donde se radicó. En 1990, el dictador Augusto Pinochet dejó la presidencia de Chile y en su remplazo asumió Patricio Aylwin, cuya tarea era consolidar la transición democrática.

Carlos Saúl Menen quien gobernaba la República Argentina desde 1989, en representación del Partido Justicialista, implantó una agresiva política económica neoliberal que produjo buenos resultados y le permitió obtener una alta popularidad y su reelección. Sin embargo, en la segunda presidencia de Menen, Argentina entró en una profunda crisis económica reflejada en el aumento de la inflación el desempleo y la pobreza. En El Salvador, como consecuencia del golpe militar de 1979, se creó un año después el movimiento guerrillero Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional-FMLN. Aunque, en 1982, el país volvió al sistema democrático, se inició una profunda guerra civil no declarada entre el FMLN y las fuerzas del gobierno. En 1989, los guerrilleros ya dominaban gran parte del país por lo que intentaron tomarse su capital. Ante la imposibilidad de llegar al poder por las armas y la degradación del conflicto, en 1990, el FMLN inició las negociaciones de paz con el Gobierno, proceso que finalizó en 1992 con la firma de un tratado que ponía fin al conflicto. Durante la década de los noventa, El Salvador fue gobernado por el partido político de derecha Alianza Republicana Nacional-ARENA.

El presidente mexicano Carlos Salinas de Gortari inició, desde 1988, la aplicación de políticas económicas de corte neoliberal. Como parte de esta política, el 1° de enero de 1994 entró en funcionamiento el Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Por esos días, en el Estado de Chiapas, región poblada principalmente por indígenas, se desarrollaba un levantamiento armado por parte del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional-EZLN, un grupo guerrillero que había empezado a formarse en la década de los ochenta y cuyo propósito era reivindicar y buscar la autonomía de los pueblos indígenas. El gobierno envió tropas para enfrentar el EZLN, al mismo tiempo iniciaron los diálogos de Paz, y con los años el Subcomandante Marcos del EZLN, y su grupo ganaron la simpatía de muchos mexicanos y comunidad internacional por su novedosa propuesta de “mandar obedeciendo”, que significaba que el gobernante no ejercía su función de mando sobre el pueblo, sino era quien debía obedecer los designios del pueblo. El surgimiento del EZLN fue uno de los síntomas del descontento de la población mexicana con el PRI-Partido Revolucionario Institucional, partido político que gobernaba el país desde 1929. La insatisfacción aumentó aún más cuando, por esos años, México cayó en una crisis económica conocida como Efecto Tequila.

DEMOCRACIAS IZQUIERDISTAS:

En lo corrido del siglo XXI, América Latina ha presentado un aumento de la movilización social que demanda especialmente, la eliminación de las medidas neoliberales y de las políticas que promueven la pobreza y la exclusión social. Estas, generadas por las medidas neoliberales produjeron el aumento de las movilizaciones interesadas en erradicar estos problemas sociales. El surgimiento de los movimientos sociales creó una nueva forma de hacer política caracterizada por acciones como la manifestación pública colectiva o la oposición a la política tradicional de los partidos políticos.

En Argentina, los desempleados víctimas de la privatización de las empresas estatales crearon en 2001 el Movimiento Piquetero, un grupo que lleva a cabo protestas políticas que se denomina Piquetes. En Bolivia, el levantamiento de los indígenas Aimaras de la ciudad El Alto, provocó la caída del presidente Gonzalo Sánchez de Lozada. En Ecuador, un movimiento indígena causó en el 2000 la caída del presidente Jamil Mahuad, lo que demuestra el poder que puede alcanzar la movilización organizada.

La primera década del siglo XXI se caracterizó por un distanciamiento de muchos gobiernos latinoamericanos de las políticas de Estados Unidos y el surgimiento de gobernantes que se identifican con el socialismo. Esta tendencia la representa Luiz Inácio Lula da Silva, presidente de Brasil entre 2003 y 2011, quien desarrolló una política económica y social basada en los principios del Estado de Bienestar, y logró reducir la pobreza y consolidar al Brasil como una potencia económica mundial. En Venezuela, Hugo Chávez Frías siguió este rumbo ideológico pero de manera más radical, pues representó la postura más crítica frente al neoliberalismo y al intervencionismo. En Bolivia, Evo Morales fue llevado a la presidencia en 2006 por los movimientos indígenas, los cuales han cumplido un papel importante en la implementación de una política nacionalista que permite la explotación de los recursos naturales bolivianos en beneficio del desarrollo de los sectores más pobres.

En Nicaragua, el presidente Daniel Ortega, elegido en 2006, inició su gobierno con un programa social que volvió gratuitos los servicios de salud y educación. En Ecuador, Rafael Correa, también reelegido en 2006, ha implementado políticas como el incremento de la inversión social, la paridad de las mujeres frente a los hombres en los cargos oficiales y la protección de la población indígena. Algunos países han dado el giro hacia la izquierda de una manera más moderada. En 2006, Chile ascendió al poder la líder socialista Michelle Bachelet, mandataria cuyas políticas mejoraron la calidad de vida de la población. En Argentina, Néstor Kirchner, del Partido Justicialista fue elegido presidente en el 2003, adoptó medidas políticas y sociales contrarias al modelo neoliberal y logró sacar al país de la crisis económica.

En 2007, fue elegida presidenta su esposa Cristina Fernández de Kirchner, quien continúo sus políticas. En Uruguay, desde 2005, empezaron los gobiernos del partido de izquierda Frente Amplio cuando su candidato, Tabaré Vásquez llegó al poder. En 2010, este partido volvió a ganar las elecciones con José Mujica, exmilitante de la guerrilla Tupamaros. En Paraguay, llegó el triunfo del candidato del Partido Demócrata Cristiano, el señor Fernando Lugo.

Si bien todos estos gobiernos quisieron ejercer el poder político, con un nuevo discurso de apoyo a las clases sociales menos favorecidas, aplicando programas y proyectos sociales, con la intención de mejorar la calidad de vida de sus habitantes, y mejorar el sector económico, también se han visto algunos investigados por corrupción. En fin, se ha manifestado la casi imposibilidad de acabar el Capitalismo que promueven, apoyan, asesoran y hacen millonarias inversiones, las grandes potencias mundiales.